El Gobierno de la Magnífica República de Urbenia se enorgullece de presentar la ficha técnica de la antigua raza de los Mungos, cuya aportación a la sociedad urbeniana fue importante el desarrollo de ambas y por lo tanto se le dedica este espacio para homenagearla.
El pueblo de los Mungos se caracteriza entre tantas cosas por el gran conocimiento de la magia y el uso que le daban en su vida cotidiana, entendiendo que esta proviene de la naturaleza y aprendiendo asi a escuchar el entorno que les rodeaba.
Por este motivo, en el momento en el que este pueblo y el pueblo de Urbenia se combinaron, los Mungos comenzaron a enseñar magia a todo el poblado, preservando así la magia hasta nuestros días.
El promedio es de 169 centímetros.
Aunque físicamente los Mungos no distaban de la apariencia humana, lo que los diferenciaba es que en manos y pies estos contaban con únicamente cuatro dedos.
Los pares de dedos estaban un poco más separados que el resto a la mitad de la mano, aunque estos cumplian perfectamente sus funciones, por lo que un humano podía realizar las mismas actividades que los Mungos y visceversa.
El terreno elegido para erigir el pueblo Mungo fue una zona boscosa con algunas montañas que lo rodeaban y una bahía cercana que permitía la comunicación por mar.
El terreno en sí era plano y fuerte, aunque plagado de árboles que fueron talados para construir chozas y posteriormente plantar otros en otro lado.